22 ago 2009

Pandemia











La situación en relación con la gripe, que se ha dado en llamar porcina, es esperpéntica. Se está llegando a un punto de auténtica histeria colectiva y lo cierto es que, en su incidencia y virulencia, no se diferencia mucho de la gripe estacional.









Da la impresión de que lo que se busca es encuadrar y asustar a la gente para que olviden la crisis económica y cómo está afectando a sus vidas. La medida de custodiar los antivirales, de escasa acción contra la gripe, en las instituciones de salud pública, la vacunación generalizada sin haber dado tiempo a comprobar la eficacia e inocuidad de las vacunas y la utilización de dudosos aceleradores de la acción inmune, ponen de manifiesto que hay grandes dosis de improvisación, cuando no intereses inconfesables.

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