25 ago 2009

Las escuchas telefónicas.










Conociendo a la camarilla que está en el poder, no me cabe la menor duda de que utilizan el aparato del Estado contra la oposición.








Lo que debe hacer el PP es: denunciar y poner las pruebas en conocimiento del Parlamento, la opinión pública y el juzgado cuanto antes.

















El juzgado no está en Estrasburgo.







La cena que se produjo entre un alto cargo policial, el juez Garzón y el ministro Bermejo es un símbolo de lo que está ocurriendo en España. La puesta en marcha, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, de poderosos sistemas informáticos que escuchan siempre, pero claro de uso exclusivo por orden judicial, requiere una dosis de confianza que sólo  pueden dar
los ingenuos.









La creencia en la superlegitimidad de un PSOE que ni en sus peores pesadillas sueña con perder el poder, que no puede permitírselo, forzará acciones cada vez más audaces hasta el Estado policial, y si no, al tiempo.

No hay comentarios: