18 ene 2010

Los senderos de las palabras

Es curioso el avatar de ciertas palabras que con el paso del tiempo permanecen pero cambia su significado, sobre ellas se puede hacer una genealogía a la manera de Michel Foucault.












Por ejemplo, la palabra gótico; de entrada gótico sería algo propio de los godos o lo que es lo mismo de aquellos que usan cota de malla y proceden de la tierra de los godos, Gotland en Suecia, como el héroe nórdico Beowulf.



















Luego, es un estilo arquitectónico; la arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte gótico, el estilo artístico comprendido entre el románico y el renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidental en la cristiandad latina de la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.















Con el paso del tiempo, apareció lo que llamamos novela gótica; desde mediados del siglo XVIII, aparecen ciertas novelas semi románticas, con profusión de castillos góticos, inquisición..."En noche lúgubre galán intrépido oscuras calles atravesó y bajo típica ventana gótica sacó su cítara y así cantó".







Estrictamente hablando, la primera novela gótica fue "El castillo de Otranto" (1765) de Horace Walpole.














Ahora hablamos de gótico como una tribu urbana en la que los miembros y las miembras van disfrazados de Drácula, por cierto novela gótica del escritor irlandoescocés Bram Stoker.












Y al final llegamos a las mocetas del Presidente, que se visten sus mejores galas góticas para ver a Obama.

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