15 may 2011

El rompecabezas europeo en la Edad Media

En la Edad Media, Europa estaba dividida en una reunión caótica de poderes más o menos independientes, regidos por pactos feudales en los que la tierra y la sangre jugaban un importante papel. La autoridad religiosa del Papa no se compadecía con la unidad política de los estados, estaditos, casi estados, feudos, grandes ducados, condados...


















En realidad, la Cristiandad (unidad de religión en el catolicismo), que entonces sí existía, se dividía y subdividía en innumerables territorios, cada uno con su Ley y su fuero, unidos con otros por un pacto feudal.



















El origen de todo esto lo remontan los historiadores hasta la reforma de Diocleciano, en la época del Imperio Romano, la necesidad de fijar a las gentes en su ciudad, aldea, lugar y profesión para evitar la desbandada ante las crisis económicas, las invasiones bárbaras y las grandes pandemias.














El batiburrillo de poderes entrelazados llega, en la Edad Media, hasta lo local; el manor, pequeña heredad con grupo de aldeas alrededor del castillo, con autoconsumo y pequeño artesanado, de tamaño inferior a la comarca, y los caballeros, con derechos y potestades, que a veces sólo poseían una granja.















El entrelazamiento y el pacto feudal llevaba a comunidades más amplias de condados, marquesados, ducados casi del tamaño de una nación actual; los reinos, que son parejos a nuestros actuales estados en tamaño, no eran economías de escala y su soberanía real estaba paralizada por los pactos dando lugar a las luchas de los reyes aliados a las ciudades y al clero secular frente a los señores y el clero regular.



















Las ciudades, centros comerciales y episcopales, jugaban también su papel y obtenían leyes y fueros especiales que las liberaban de la nobleza feudal; las ciudades marítimas del Mar del Norte con el avance del tiempo sustituirán a los núcleos nórdicos, de manera más o menos pacífica, creando la magnífica red comercial de ciudades libres que fue la Liga Hanseática.





















En Europa, este modelo era el habitual en el occidente y centro, en el oriente y en España había formas especiales, en tanto que el mundo nórdico, mientras se cristianizaba, adquiría también estas características.

















Rusia, creada por los piratas y comerciantes varegos (suecos), se caracteriza por la formación de ciudades comerciales a lo largo de los grandes ríos que ponen en comunicación el Báltico con el Mar Negro. En estas ciudades los príncipes vikingos someten y asientan a la población de eslavos salvajes, descendientes de los antiguos escitas y sármatas; sin embargo, en Rusia se formarán también grupos de eslavos libres que viven en régimen de agricultura y ganadería nómada más o menos aliados a los varegos de Ruric, serán en el futuro los cosacos.



















El caso español será también especial, por causa del enfrentamiento con los musulmanes, siendo así que, si bien Galicia, Navarra, Aragón y Cataluña se estructurarán según el modelo feudal clásico, Castilla sólo tendrá hombres libres, y algunas villas en el Camino de Santiago tendrán fuero de francos (franceses, libres).








Esta organización social perdurará hasta que la fuerza de algunos reyes, basada en la mejora de la técnica militar y las necesidades de las economías de escala, vaya minando estas independencias e integrándolas en unidades políticas más amplias, en algunos casos conservando sus leyes y costumbres.

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