2 jul 2011

Tres referentes

Como en todo, tanto en estudios, lecturas, películas, amistades y vivencias hay algunas que marcan tu infancia y primera juventud. Voy a hablar ahora de tres referentes absolutos para la mía, probablemente porque por primera vez sus actividades se reflejaron en programas televisivos, en aquellos comienzos de la televisión.

















El primero de ellos es Miguel de la Quadra Salcedo.
Es un reputado periodista y enviado especial que ha estado en los grandes conflictos bélicos y las grandes calamidades de la época (1960-1980). Nacido en Madrid, su familia de origen navarro se traslada a vivir a Pamplona cuando Miguel contaba cuatro años. Tras cursar estudios de perito agrícola, inicia una vertiginosa carrera como deportista de élite (atleta), que le lleva a competir en las olimpiadas de Roma y Melbourne.









Después de su aventura deportiva, comenzó a trabajar para el gobierno de Colombia en tareas de investigación etnobotánica; muy pronto, se sintió atraído por el periodismo de acción, estando presente, entre otros acontecimientos, en la guerra de Vietnam, en el Congo donde lo condenaron a muerte, en el terremoto de Managua y en la guerra del Yom Kippur, en la que
se le oyó la famosa frase: "ostras Pedrín, me han dado".



















Cuando se puso en marcha el proyecto aventura 92, aceptó su dirección por invitación del Rey de España, dedicándose, desde entonces, a promocionar la convivencia y el conocimiento entre los jóvenes del antiguo Imperio español, en la Hispanidad.









De la Quadra Salcedo fue quien, además, dio existencia a la Real Academia de la Televisión y las Artes en España. Desde su programa actual (La Ruta Quetzal), también lleva adelante el fomento de la paz entre los pueblos.









Dedica una sección, en su programa, a la conmemoración de efemérides, casi siempre relacionadas con los viajeros conquistadores y su paso por el nuevo mundo, con los desastres naturales, las injusticias, el genocidio en masa de los indígenas y tantos problemas que aquejan a los países subdesarrollados de todo el planeta.









Por otra parte, Miguel se encarga de promover el acercamiento a los conocimientos que tenían los antiguos pobladores del continente americano, sobre la naturaleza, los estudios sobre la influencia de la luna en cuanto a los cambios climáticos y por supuesto a las consecuencias que la acción del hombre genera en el medio natural.



















El segundo es Félix Rodríguez de la Fuente. Era éste un médico dentista, pero embarcado en una aventura periodística de divulgación del amor a la naturaleza y del conocimiento del mundo animal. Autodidacta en biología, fue un personaje polifacético, de gran carisma, cuya influencia ha perdurado a pesar del paso de los años. Su saber abarcó campos como la cetrería y la etología, destacando en el estudio y convivencia con lobos.










Pero Félix transmitía no solo conocimientos, sino que era seguidor de las teorías etológicas de convivencia del hombre con la naturaleza. En esa época, causa una gran influencia sobre él el biólogo José Antonio Valverde, que alcanzaría una enorme repercusión internacional, a finales de los años cincuenta, al enfrentarse a los planes del Ministerio de Agricultura para desecar las marismas del Guadalquivir.










Paulatinamente, el tiempo que dedicaba a su gran afición, la naturaleza y la cetrería, fue mayor y, al fin, se pudo dedicar a ello a tiempo completo. Sus grandes programas de televisión, como "El Hombre y la Tierra", marcaron a una generación. Fue también en su juventud un gran deportista, quizá sin llegar al nivel de De la Quadra, pero ganó campeonatos de atletismo universitario. Su muerte se produjo cuando filmaba un reportaje en Alaska, sobre una carrera de trineos tirados por perros, para sus programas. Murió como los héroes de las novelas de London, las preferidas de su infancia.





















El tercer personaje es el montañero escalador César Pérez de Tudela, posiblemente el alpinista más conocido de España, ha sido uno de los máximos divulgadores del montañismo
desde los años 60, a través de TVE, emisoras de radio y prensa. Ha pronunciado centenares de conferencias sobre la superación, el esfuerzo y la ilusión que los alpinistas y escaladores de montaña aportan a la sociedad, en reuniones empresariales, escuelas de negocio y universidades españolas.









Lo recuerdo cuando se presentó a un concurso televisivo de erudición para obtener popularidad de cara a promocionar su afición; allí ganó, a más del concurso, un montón de admiradores de la montaña y la escalada. Como los otros dos, es un gran deportista, pero no sólo de la escalada, siendo, en su juventud, campeón universitario de esquí de fondo y mejor deportista madrileño.










Estos tres aventureros coincidieron en "Televisión Española", cuando era la única; coincidieron en proyectos y aventuras periodísticas, y estuvieron juntos en "La Actualidad Española" revista ya desaparecida. Son herederos de ese espíritu de los marañones, que conquistaron imperios, siendo solo un puñado, con su voluntad.








A ellos les dedico estas palabras que una vez dijo un pirata: "el viejo Padre tejió el hilo de tu vida hace mucho tiempo, puedes hacer lo que quieras porque cuando llegue el final...
"

2 comentarios:

Modestino dijo...

Me parecen tres referentes indiscutibles, personas que influyeron positivamente en muchos de los de mi generación -años 60-70- y que tengo la impresión que no se les acaba de reconocer sus meritos en la medida necesaria: a mí me parecen mucho más ejemplares que Almodóvar, Bardem o Penélope ... aunque es cierto que son de mundos distintos.

interbar dijo...

En la cuestión del cine no tengo duda en el referente español por antonomasia, este es Buñuel citado como estímulo por cineastas como John Huston y Raoul Walsh.