1 sept 2011

La Historia

La historia en sí, habría que ser Dios para conocerla, compendio de hechos, reacciones químicas, físicas, biológicas. impresiones, pensamientos conscientes e inconscientes. ¿Nace la historia? No, nos referimos al origen del hombre y aun antes (homínidos). ¿Nace la Historia? Sí, cuando a alguien se le ocurre estudiar el pasado.




















Ciencia Histórica,
las principales directrices de uso común por los historiadores en su labor son, en primer lugar la heurística (localización y recopilación de las fuentes documentales, que son la materia prima del trabajo del historiador); en segundo lugar la crítica de esas fuentes (distinguiendo dos formas de crítica, que se refieren al trabajo con las fuentes documentales: crítica externa y crítica interna); y en último lugar la síntesis historiográfica (que es el producto final de la historiografía).

















Terminado este proceso, queda la publicación, paso ineludible para que la comunidad historiográfica comparta y someta a debate científico y falsación su labor, y se divulgue entre el público para que su conocimiento pueda servir a los fines de la Historia.




















El esfuerzo de constatación de fuentes, hipótesis, documentos verdaderos o falsos, con su dosis de verdad o falsedad tanto unos como otros y el papel de la pseudohistoria bien hecha, que puede servir de fuente de la Historia cuando se conoce de que pie cojeaba el historiador.




















La memoria, reconstrucción de los recuerdos hecha de manera inconsciente, y la mentira con su dosis de verdad pueden ser fuentes de la Historia. Cada generación hace su propia Historia y vive su propia historia (barril de mierda, sudor y sangre).








La imposibilidad de la objetividad, incluso los mejor intencionados parten de un punto de vista, tienen unas creencias y unos prejuicios inconscientes. La Intersubjetividad como manera de refutar la Historia, el sometimiento al juicio de los otros, según lo expresado por Popper y George Herbert Mead.








El principio de indeterminación de Heisenberg, de forma que no podemos saber el devenir de los acontecimientos a través de un historicismo que nos prediga el futuro.








Por último nos quedan dos cosas, a mi modo de ver, fundamentales, a saber: la enorme dificultad de meternos en la piel de alguien del pasado, dificultad que se acrecienta conforme ese pasado es más antiguo y que se compadece con nuestra dificultad para ponernos en el lugar del natural de otro ámbito geográfico, dificultad que como ya he dicho aquí no se refiere a los impulsos de interés básico sino a aspectos morales, políticos y sociales; y la grave cuestión del por qué estudiar Historia.







Estudiamos Historia para comprender al ser humano en su espacio temporal y geográfico es decir para comprendernos a nosotros mismos y saber exactamente de dónde venimos. 









Las tres preguntas fundamentales de la existencia, a saber: de dónde venimos, qué somos y a dónde vamos se pueden responder por medio de la Religión, la Filosofía o la Ciencia pero encontrar la respuesta científica de la sucesión de eventos es materia de la Historia, en sus diversas especialidades; no es posible ser un buen gobernante y estadista sin conocer la Historia; los pueblos que ignoran su pasado están condenados a repetir sus errores.

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