24 may 2013

Anonymous

En el mundo virtual que se está creando en Internet, como ya hemos comentado, una de sus posibilidades es el ciberactivismo. Las razones y los medios pueden variar pero los participantes no se contentan con utilizar sencillamente la manera de contactar o informarse sino que buscan incidir en el medio virtual y como consecuencia en el medio social. 



















La Red permite la actuación de grupos de delincuentes, activistas sociales, formadores de opinión ajenos al sistema, terroristas, hackers que odian Internet, pasotas, simples gamberros o ciberejércitos de los distintos países y empresas. El ciberactivismo puede tomar también una forma espontánea, en la que la tecnología y las relaciones en red eliminan la división entre movilizadores y movilizados. Éste es el caso de las acciones de protesta en Seattle, Davos, Génova o Barcelona.

















Entre estas organizaciones destaca Anonymous, nombre utilizado mundialmente por diferentes grupos e individuos para realizar en su nombre acciones o publicaciones, individuales o concertadas, poniéndose de acuerdo entre ellos o no. Uno de sus portavoces estableció una metáfora de su funcionamiento que era como el de una bandada de pájaros. Sus acciones de ciberactivismo en causas que consideran justas pueden ser dentro o fuera de la Red.















Signos distintivos de anonymous, además de algunos tablones de anuncios como imageboard 4chan, la careta que representa a Guy Fawkes y la bandera de un hombre sin cabeza para significar la ausencia de jerarquía e institucionalización. Han actuado en diversas acciones entre las que destacan los ataques DDoS o bombardeos de spam contra organizaciones enemigas, paginas webs de particulares y empresas que, según ellos, coartan la libertad en la Red. 



















Las organizaciones de derechos de autor han sido muy atacadas por las acciones judiciales contra las redes P2P o Megaploud. Han defendido a gente como Assange y muchos que se significan como anonymous marchan en las manifestaciones de indignados y en las protestas por los desahucios.  Todo esto nos indica que las predicciones sobre el fin de la historia, en el sentido dialéctico, eran algo ingenuas. La historia sigue incluso en un espacio virtual.  

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